LA DEPRESIÓN Y EL MASAJE TERAPEUTICO
LA DEPRESIÓN es una enfermedad mental de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), posee un amplio espectro de intensidad que es diferente para cada persona. Los trastornos depresivos se clasifican de acuerdo al origen y los efectos que causan en la población que padece sus efectos.
- Depresión severa, endógena, grave; es la depresión que incapacita a las personas para realizar cualquier tipo de actividad: pensar, trabajar, actividades deportivas, estudiar, dormir, comer, concentrarse, escribir o asearse.
En esta condición depresiva es inadmisible desarrollar alguna labor por mínima que sea y se abandona cualquier afición por placentera que resulte, la sensación de cansancio es tan grande que abrir los ojos implica un trabajo inmenso, el vacío existencial y los pensamientos suicidas reiterados son síntomas de la depresión severa.
- Distimia; este tipo de depresión se ubica en un nivel inferior a la depresión severa, los síntomas que la caracterizan son crónicos se presentan durante al menos dos años. La distimia se confunde fácilmente con estrés y cansancio, fibromialgia, síndrome de fatiga crónica, enfermedades respiratorias y síntomas de infecciones gastrointestinales. La distimia no incapacita, no obstante, es una enfermedad descrita como “un velo de tristeza” prácticamente permanente.
- Depresión atípica; esta enfermedad se caracteriza porque los enfermos depresivos duermen y comen en exceso, manifiestan la sensación de pesadez y rechazo muy marcados.
Masaje terapéutico
La aplicación de los masajes terapéuticos para sanar la depresión tienen un efecto significativo para tratar la enfermedad depresiva, aliviando los síntomas vinculados a los mecanismo asociados al estrés y la tensión emocional, el masaje incrementa la relajación y favorece la liberación de la oxitocina y el contacto físico estimula la sensación de bienestar emocional.
Los masajes influyen disminuyendo la depresión a través de sus efectos sobre las ondas cerebrales, incrementando la concentración para el trabajo para ello aumenta el nivel de endorfinas y encefalinas, disminuye la cantidad de cortisol en el flujo sanguíneo y favorece la producción de serotonina.